En los últimos años, numerosas evidencias científicas han demostrado la interrelación entre alimentación y salud. Un vínculo que ha contribuido a la proliferación de un nuevo mercado desde hace cuatro años: el de los alimentos funcionales. Sin embargo, la adaptación a este mercado no está siendo fácil para empresarios como Cerrillo Fontecha. Esta pyme acaba de lanzar al mercado el primer chorizo en sarta con alto contenido en ácidos grasos Omega 3. El nuevo producto es el resultado del proyecto de I+D+i ‘Incorporación de Omega 3 en la formulación de un embutido tradicional (Cerriomega’), en el que han trabajado codo con codo la empresa cárnica y los centros tecnológicos CTIC-CITA.
En un sector como el cárnico, el afán por diferenciarse de la competencia ha llevado a buena parte de los fabricantes a una presentación continua de nuevos formatos y cambios de imagen, así como al desarrollo de novedades bajo la línea ‘sin’, en referencia a la ausencia de grasas, fosfatos, conservantes químicos y sodio. Sin embargo, en el caso de los alimentos funcionales, el sector cárnico apenas ha dado sus primeros pasos, al contrario de lo que ha sucedido en otros, como los lácteos. En este contexto, y frente a todos los lanzamientos en el ámbito de los ‘sin’, algunos productores se han incorporado al reducido grupo de los que incluyen funcionales en su portafolio de productos.