Apenas se empieza a segar la cosecha de cereales de invierno y el sector hace balance. Las principales organizaciones agrarias sacan la calculadora, barajan cifras y vaticinan las primeras estimaciones. En nuestro país, la campaña se podría cerrar con un 30% menos de producción, respecto de la media de los últimos cinco años, es decir, casi 11 millones de toneladas. La climatología de los últimos meses –invierno demasiado seco y lluvias poco frecuentes y tardías– sería la responsable de una campaña desastrosa, con pérdidas que rondan el 80% de la producción en Comunidades Autónomas como Andalucía. Para el sector cerealista, la “gota que colma el vaso” sería, por un lado, el encarecimiento de los ‘inputs’ que disparan los costes de producción y la posible negativa, por parte de algunas comunidades autónomas, a subvencionar la contratación de los seguros agrarios.
Pintan malos tiempos para el sector cerealista en nuestro país. En primer lugar, la campaña de cereales de invierno, de la que se empiezan a hacer públicos los primeros datos, se ha visto seriamente afectada por la sequía y las lluvias tardías. Se prevé, según varias organizaciones agrarias (COAG, Asaja, Cooperativas Agro-alimentarias), una menor producción de cereales, en torno a los 11 millones de toneladas, un 30% por debajo de la media de los últimos cinco años. Básicamente, se cosecharían 5 millones de toneladas menos de lo que se segó en campañas anteriores.